
La lavanda, el origen de la Aromaterapia
Los poderes terapéuticos de la lavanda fueron descubiertos por el químico francés René-Maurice Gattefossé a principios del siglo XX.
Y es que, a raíz de un accidente en la empresa de perfumería de su familia, pudo comprobar en primera persona cómo la lavanda curó con bastante rapidez una grave quemadura que se había hecho en la mano y ayudaba a prevenir las cicatrices. Fascinado por las posibilidades terapéuticas de los aceites tras este primer descubrimiento, fue el primero en acuñar el término «aromaterapia». Era el año 1928.
La lavanda tiene una larga tradición como remedio popular y su aroma resulta muy familiar. La lavanda evoca pureza, calma, pulcritud. Su nombre deriva del latín lavare y los romanos la utilizaban para sus rituales de purificación antes de las oraciones.
La lavanda o espliego (Lavandula angustifolia) crece en la zona meridional y occidental de Europa y en el norte de África. En la Provenza y en Estados Unidos se cultiva extensamente por su interés en los productos cosméticos. Sin embargo, es la lavanda que crece en Inglaterra la que desprende una fragancia más perfecta, por lo que se aprecia mucho en perfumería.
Entre los usos tradicionales de la lavanda están colocar saquitos de tela rellenos de flores de lavanda entre las sábanas o la ropa para aromatizarlas y preservarlas de las polillas. También se utiiza para ayudar a dormir a los niños mas inquietos, aplicando una o dos gotas en la almohada de los niños.
El aceite esencial de lavanda es uno de los más valorados en aromaterapia y se emplea frecuentemente para reducir los niveles de estrés físico y emocional, por lo que su uso también es un buen remedio para conciliar el sueño más fácilmente y dormir bien.
Y es que la lavanda es por excelencia una esencia que actúa sobre la psique y la reequilibra, tanto si para disminuir un exceso de excitabilidad, como para remediar la depresión o la melancolía, en cuyo caso ejerce un efecto tonificante y estimulante. La lavanda está muy indicada para todos los desequilibrios energéticos, como nerviosismo, estrés, debilidad y en las somatizaciones derivadas como insomnio, hipertensión, cefalea, palpitaciones, donde desarrolla una acción esencialmente equilibrante.
En Atenea contamos con una amplia gama de productos, tanto de alimentación como de higiene y cuidado personal, que integran el aceite y los extractos de lavanda, combinados con múltiples agentes vegetales activos, a través de los cuales poder beneficiarnos de sus valiosas propiedades. Destacamos:
Miel con Lavanda y Mandarina – Fai Natur – 125g
Sorprendente combinación de miel de milflores cruda con aceites esenciales de lavanda y mandarina. Miel ecològica con notas cítricas de la mandarina y florales de la lavanda. Relajante.
Manteca de Karité y Aceite esencial de Lavanda – Sapone di un Tempo – 100ml
Cosmético especial multiuso. Hidratante y nutritiva para cuerpo, manos, pies y rostro. Enriquecida con preciado aceite esencial de Lavanda Vera, de acción antiinflamatoria, descongestionante, y muy útil para el tratamiento de pequeñas inflamaciones de piel y mucosas. Ideal para pieles jóvenes, problemáticas y delicadas.
Jabón de Azúcar – Lavanda – Dr Bronner’s – 355ml
La base de Azúcar Orgánico mezclado con Zumo de Uva Blanca y Polvo de Shikakai, dotan de un color acaramelado a este Jabón que ofrece nutrición, hidratación y suavidad. Nuestra piel agradecerá una limpieza en profundidad y natural gracias a la combinación de los mejores ingredientes y su delicada fragancia a lavanda.
Lavanda Desodorante Roll-on – Jasön – 89ml
Controla el olor de forma efectiva consiguiendo una protección de larga duración. Los almidones de maíz y de arroz neutralizan el olor al tiempo que el extracto de semilla de pomelo, conocido por sus propiedades antimicrobianas, ayuda a combatir las bacterias causantes del mal olor. La Lavanda y la vitamina E calman y suavizan las axilas. Sin aluminio, parabenos, ftalatos ni propilenglicol.
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